lunes, 15 de febrero de 2016

"Quien olvida su historia está condenado a repetirla." (Marco Tulio Cicerón) Efecto invernadero del calentamiento global

Una frase aparentemente obvia, que sin embargo es ominosamente ignorada y en los escasos casos en los que no ha sido olvidada funciona como una apisonadora.

De modo que no nos quedará más remedio que repetir nuestra historia...

Pero ¿a qué historia me refiero concretamente?, pues a la historia universal, a cual si no. A la que nos ha llegado totalmente desvirtuada, tergiversada y deteriorada a través de los escritos y leyendas más antiguos, como la biblia.

¿Es que nadie ha oído hablar del diluvio universal? Aaaahhhh...  pero eso es un cuento antiguo sin ninguna credibilidad.

¡No!, eso es un mito que quedó impactado en la mente colectiva antes de que llegara a perpetuarse mediante la escritura. Un mito en el que subyace un acontecimiento catastrófico de tal magnitud que mereció perpetuarse.

¿Y dónde se halla Noé en estos turbulentos iniciales años del siglo XXI? ¿Es que acaso no vé los signos que Dios nos envía, su mensaje claro y evidente de que prepara un nuevo diluvio?

No, no estoy desvariando proféticamente iluminado por una locura epifánica que me posee.

Estoy convencido de que la humanidad no es oriunda de la Tierra, sino que antes se estableció en otro lugar y tuvo una floreciente civilización (la Atlántida) que desapareció en un cataclismo gemelo del diluvio de la biblia. Un diluvio propiciado por el efecto invernadero que destruyó esa maravillosa civilización de la que algunos escasos representantes consiguieron escapar liderados por Noé y establecerse en la Tierra donde la tecnología cayó rápidamente en regresión.

Los atlantes, con su tecnología, de modo similar a como lo estamos haciendo nosotros en la actualidad, acabaron destruyendo el planeta que los acogía, despreocupados, como nosotros, de las terribles consecuencias que se les avecinaban.

Y ello me remite a la frase de Cicerón que titula esta página, porque nosotros somos esos mismos atlantes que hemos olvidado lo que nos ocurrió, a pesar de que lo transmitirlo como un mito, de generación en generación, para que no se olvidara.

No, en realidad no tengo pruebas concluyentes para afirmar lo que digo, únicamente indicios basados en mitos, intuiciones muy arriesgadas y conclusiones infundadas... así como una íntima certeza de lo que afirmo.

Así que primero expondré los hechos, luego los indicios y finalmente las conclusiones que ya he adelantado de forma bosquejada: Estamos expuestos a una "nueva" catástrofe universal si no detenemos a tiempo el efecto invernadero.

HECHOS:
-Es ya un hecho que el cambio climático se está produciendo, ya nadie se atreve a negarlo. Las temperaturas globales aumentan año tras año.
 -También es un hecho el efecto tampón del hielo en su cambio de fase a agua. Se denomina así al calor consumido por el agua en su cambio de fase de líquido a sólido. El calor latente de fusión del hielo es de 80 cal/gr. ¿Y eso que significa? Eso no significa sino que todo el calor que se emplea en el cambio de estado no repercute en el aumento global de temperaturas, no mientras haya hielo para poder deshacer... Una vez que el hielo se haya fundido las temperaturas se desbocarán porque el efecto tampón que ejerce el hielo habrá desaparecido. EL HIELO EN SU CAMBIO DE FASE ABSORBE 80 CALORÍAS/GRAMO SIN QUE AUMENTE LA TEMPERATURA. Cada gramo de hielo que se derrite, impide que 80 calorías aumenten la temperatura media del planeta... Cuando ya no quede hielo... eso ya no ocurrirá y la temperatura se disparará bruscamente.
-Venus tiene una temperatura en su superficie de alrededor de 400ºC. debido al efecto invernadero de su densa atmósfera, si no fuera por ello, Venus podría ser un planeta con una atmósfera y una biosfera muy similares a las terrestres. De hecho existen proyectos de terraformarlo, que extrañamente han pasado al olvido, dándose protagonismo a la colonización de Marte, a mi entender mucho más difícil y complicada y con menos posibilidades de acoger una densa población humana. Uno de esos olvidados proyectos consistía en reconvertir la atmósfera venusina mediante algas plumíferas resistentes a las altas temperaturas sembradas en la alta atmósfera para, en posteriores etapas de colonización, ir añadiendo mayor número de organismos basados en la fotosíntesis, ello sin descartar la posibilidad de proveerlo de una enorme sombrilla que redujera su temperatura.
-El cinturón de asteroides que ocupa la cuarta órbita solar, parece que tuvo su origen en un planeta que saltó hecho añicos debido a algún tipo de cataclismo que lo desintegró, posiblemente el choque con algún enorme meteorito.

INDICIOS:
- No necesito enumerar la enorme cantidad de literatura antigua que relata con algunas variantes una catástrofe ocurrida en la remota antigüedad. Una catástrofe que casi extinguió a la raza humana así como a los animales y plantas. Estoy seguro de que aunque expusiera una relación detallada de los que he encontrado, siempre habría alguien que podría aportar alguno más. ¿Quién no ha oído el relato del diluvio, o del mito de la Atlántida?
- Estoy convencido de que la humanidad, antes de que lo hiciera en la Tierra, se estableció en Venus o quizás, por qué no en un planeta que se desintegró en lo que hoy conocemos como el cinturón de asteroides quizás desmenuzado como consecuencia de una locura atómica. Coloco aquí esta reflexión que no puedo calificarla de indicio porque no correspondería tampoco al apartado de conclusiones.

CONCLUSIONES:
Cuando uno lee noticias como que el deshielo del Ártico (El polo norte) abriría una ruta comercial mucho más corta, rápida y económica que las actuales y por la que ya están disputando, antes de que esa catástrofe se produzca, las principales potencias económicas, uno se pregunta ¿realmente hay alguien interesado seriamente en detener y retrovertir el efecto invernadero?
Como los lemings corremos alegremente hacia el precipicio.
No sólo no existe un interés claro en frenar el efecto invernadero, sino que incluso hay numerosos intereses en acelerarlo.
Los tímidos intentos por frenarlo, terminan en pomposas reuniones globales en las que los que más polucionan reivindican su derecho a seguir haciéndolo para poder continuar con su crecimiento o bien para paliar o reducir el retraso industrial, como en el caso de China.
En fin, que al parecer soy el único que "recuerda" lo que le pasó a la humanidad en la remota antigüedad y a pesar de ello, a pesar de "recordarlo" no escaparé al terrible final en el que la Tierra se convertirá en un horrible horno de 400ºC, como Venus, y no lo haré porque me veré arrastrado por la manada de lemings en la que me encuentro inmerso intentando frenéticamente resistirme contracorriente, presintiendo ya la cercanía del precipicio cuyo borde queda oculto por la alegre, tumultuosa y desenfrenada multitud que corre inconscientemente hacia su ominoso final.
El único consuelo que me queda es que la avaricia de los poderosos no les salvará de compartir el terrible final, pues un improbable arrepentimiento, aunque se produjera, llegaría demasiado tarde para salvarnos.
El efecto invernadero tiene un punto de no retorno... y estoy seguro de que ya lo hemos sobrepasado sobradamente.

Continuará.....